viernes, 4 de febrero de 2011

El Empirismo (John Locke)

Buenas tardes lector, aquí estoy de nuevo después de tanto tiempo, disculpa mi ausencia, como ya sabes mi misión es que aprendas a pensar filosóficamente, pero para ello también es necesario enseñarte algunos movimientos filosóficos junto con algunos de sus autores. Es importante que hablemos de uno de los movimientos filosóficos más importantes en nuestra historia.

Muchos filósofos adoptaron el punto de vista de que no tenemos absolutamente ningún contenido en la conciencia antes de adquirir nuestras experiencias mediante los sentidos. Este punto de vista se llama Empirismo.

Los empiristas, o filósofos de la experiencias más importante fueron Locke, Berkeley y Hume, y los tres eran británicos. Los racionalistas dominantes en el siglo XVII eran el francés Descartes (‘’Pienso Luego Existo’’), el holandés Spinoza y el alemán Leibniz. Por ello solemos distinguir entre el empirismo británico y el racionalismo continental. El racionalismo fue un movimiento filosófico que tenía mucha fe en la razón. Un racionalista cree en la razón como fuente de conocimientos. Opina que el ser humano nace con ciertas ideas, que existen por tanto en la conciencia de los hombres antes de cualquier experiencia. Y cuanto más clara es la idea, mayor es la seguridad de que corresponde a algo real. Descartes tenía una clarísima imagen de lo que es un ‘’ser perfecto’’. Partiendo de esta idea deduce que verdaderamente existe un Dios.

Como ves, el empirismo es algo completamente diferente. Un empirista desea hacer derivar todo conocimiento sobre el mundo de lo que nos cuentan los sentidos. La fórmula clásica de una actitud empírica viene del filósofo griego Aristóteles, quien dijo que ‘’no hay nada en la conciencia que no haya estado antes en los sentidos’’. Este punto de vista implicaba una crítica acentuada de Platón, que había opinando que los hombres tenían consigo una serie de ideas innatas del Topus Uranus (mundo de las ideas), sabrás que Platón decía que existían dos mundos, un mundo de los sentidos que es donde vivimos día a día y un mundo de las ideas, donde todo era perfecto, opinaba que lo que había en el mundo de los sentidos eran tan solo cosas imperfectas que salían de los moldes del mundo de las ideas. Locke retoma las palabras de Aristóteles, y las dirige contra Descartes.

‘’No hay nada en la conciencia que no haya estado antes en los sentidos’’ No tenemos ninguna idea innata del mundo. En realidad no sabemos nada de este mundo en el que nos han colocado antes de haberlo visto. Si tenemos una idea o un concepto que no se puede contestar con hechos experimentados, se trata de un concepto de una idea falsa. Cuando por ejemplo usamos palabras como ‘’Dios’’, ‘’Eternidad’’ o ‘’sustancia’’, la razón funciona sin combustible, porque nadie ha llegado a conocer ni a Dios ni a la eternidad, ni aquello que los filósofos llamamos sustancia. De esa forma se pueden escribir tesis eruditas que en el fondo no contienen ningún tipo de conocimiento nuevo. Un sistema filosófico de esa clase puede parecer impresionante, pero no son más que quimeras. Los filósofos de los siglos XVII y XVIII habían heredado una serie de tesis eruditas de ese tipo, Ahora había que estudiarlas con lupa. Había que limpiarlas de vacíos. Quizás pudiéramos compararlo con el lavado del oro. La mayor parte es arena pero, dentro, resplandecen las pepitas de oro.Entonces esas pepitas de oro serían como conocimientos auténticos, o, por lo menos, pensamientos que se pueden relacionar con conocimientos humanos. Para los empiristas británicos era muy importante analizar todas las ideas humanas, con el fin de ver si podían ser demostradas mediante experiencias autenticas. Pero vayamos por partes y estudiemos un filósofo cada vez.

El primero fue el inglés John Locke, que vivió entre 1632 y 1704. Su libro más importante se tituló ‘’Ensayo Sobre el Conocimiento Humano’’ y fue publicado en 1690. Locke intenta aclarar dos cuestiones. En primer lugar pregunta de dónde recibe el ser humano sus ideas y conceptos. En segundo lugar si podemos fiarnos de lo que nos cuentan nuestros sentidos.

Estudiemos un problema cada vez, Locke está convencido de que todo lo que tenemos de pensamientos y conceptos son solo reflejos de lo que hemos visto y oído. Antes de captar algo con nuestros sentidos, nuestra conciencia es como una pizarra en blanco.

Antes de captar algo con los sentidos, la conciencia está tan vacía y falta de contenido como la pizarra antes de entrar el profesor en la clase. Locke también compara la conciencia con una habitación sin amueblar. Pero luego empezamos a captar con nuestros sentidos. Vemos al mundo a nuestro alrededor, saboreamos, olemos y oímos. Y nadie lo hace con más intensidad que los niños pequeños. De esta manera surge lo que Locke llama ‘’ ideas simples de los sentidos’’. Pero la conciencia no sólo recibe esas impresiones externas de un modo pasivo. Algo sucede también dentro de la conciencia. Las ideas simples de los sentidos son elaboradas mediante el pensamiento, la fe y la duda. Así surge lo que Locke llama ‘’ideas de reflexión de los sentidos’’. Como ves, distingue entre sentir y reflexionar. Pues la conciencia no es siempre una receptora pasiva. Ordena y elabora todas las sensaciones que entran poco a poco, hay que estar en guardia.

Locke subraya que lo único que recibimos a través de los sentidos son impresiones simples. Cuando me como una manzana, por ejemplo, no capto con los sentidos toda la manzana en una sola sensación. En realidad recibo una serie de esas sensaciones sencillas, como que algo es verde, huele a fresco y sabe jugoso y ácido. Después de haber comido muchas veces una manzana, soy consciente de estar comiendo una manzana. Cuando éramos pequeños y probamos por primera vez una manzana, no tuvimos esa sensación. Pero vimos algo verde, saboreamos algo fresco y jugoso, y también un poco ácido. Poco a poco vamos juntando esas sensaciones formando conceptos como manzana, pera o naranja. Pero todo el material de nuestro conocimiento sobre el mundo entra al fin y al cabo por los sentidos. Por lo tanto, los conocimientos que no puedan derivarse de sensaciones simples, son conocimientos falsos y deben ser rechazados.

Pero tampoco es que podemos estar seguros de que lo que vemos, oímos, saboreamos y olemos es verdaderamente lo que sentimos. Ésta es la segunda pregunta a la que Locke intenta contestar. Primero ha contestado a la pregunta dónde recibimos nuestras ideas y conceptos. Pero luego también se pregunta si el mundo es realmente como nosotros lo percibimos. Porque eso, lector, no resulta tan evidente. No hay que precipitarse demasiado. Eso es lo único que un filósofo no se puede permitir.

Locke distinguía entre lo que llamaba ‘’cualidades primarias y secundarias de los sentidos’’. En este punto entronca con los filósofos anteriores a él, por ejemplo con Descartes. Con ‘’cualidades primarias de los sentidos’’, se refiere a le extensión de las cosas; su peso, forma, movimiento, número. En cuanto a esas cualidades podemos estar seguros de que los sentidos reproducen las verdaderas cualidades de las cosas. Pero también captamos otras cualidades de las cosas. Decimos si algo es dulce o agrio, verde o rojo, frío o caliente. Locke llamaba a éstas ‘’cualidades secundarias de los sentidos’’. Y estas sensaciones, como color, olor, sabor o sonido, no reflejan las verdaderas cualidades que son inherentes a las cosas mismas, sino que sólo reflejan la influencia de la realidad exterior sobre nuestros sentidos.

Sabemos que sobre los gustos no se puede discutir. Las cualidades primarias, tales como tamaño y peso, es algo sobre lo que todo el mundo puede estar de acuerdo, porque están en las cosas mismas. Pero las cualidades secundarias, tales como color y sabor, pueden variar de un animal a otro y de una persona a otra, según la constitución de los sentidos de cada uno. Seguramente te ha pasado que estás con alguien que, por ejemplo, come algo e inmediatamente dice ‘’sabe horrible’’ y a lo mejor tu encuentras esa misma comida muy rica. Y en realidad ninguno de ustedes tiene razón, y ninguno está equivocado. Simplemente describen cómo esa comida actúa sobre sus sentidos. Lo mismo ocurre en la percepción del color. A lo mejor a ti no te gusta el color rojo. Si tu amiga acaba de comprarse un vestido precisamente de ese color, a lo mejor sería inteligente por tu parte callarte tu opinión. Tienen diferentes pareceres sobre el color, pero el vestido no es ni feo ni bonito. Así sucede también con muchas otras cosas, no necesariamente con el color y el sabor, también pasa con los gustos musicales y también con la belleza de las personas, sabrás lector, que la belleza es la cosa más relativa del mundo. ‘’entre gustos y colores, no han escrito los autores’’

Ahora si hablamos de cualidades primarias, eso no varía. Si tienes una naranja redonda, no puedes opinar que tenga forma de dado. Te puede parecer dulce o agria, pero no te puede parecer que pesa ocho kilos si solo pesa doscientos gramos. Si quieres, puedes creer que pesa varios kilos, pero en ese caso estarías bastante perdido. Cuando varias personas intentan adivinar cuánto pesa una cosa determinada, siempre hay una que acierta más que los demás. Lo mismo ocurre con el número de las cosas. O hay novecientos ochenta y seis guisantes en la botella o no. Lo mismo pasa con el movimiento. Un carro se mueve o está quieto.

En lo que se refiere a la realidad extensa, Locke está de acuerdo con Descartes en que esta realidad tiene ciertas cualidades que los seres humanos no pueden captar con su razón. Locke también dio pie a lo que él llamaba ‘’conocimiento intuitivo o demostrativo’’. Opinaba por ejemplo que para todos existen reglas básicas, y defiende la llamada idea de ‘’derecho natural’’, que es un rasgo racionalista. Otro rasgo igualmente racionalista de Locke es que pensaba que es inherente a la mente del hombre el pensar que hay un Dios, pero no lo deja en una simple cuestión de fe. Opina que el reconocimiento de los hombres de la existencia de Dios emana de la razón humana. También eso es un rasgo racionalista. Debo añadir que abogó por la libertad de pensamiento y la tolerancia. Además le interesaba la igualdad entre los sexos. Pensaba que la idea de que la mujer estuviera sometida al hombre era una idea creada por los seres humanos. Por lo tanto también puede ser alterada por ellos.

Debo decir que estoy bastante de acuerdo. Locke fue uno de los primeros filósofos de la época moderna que se preocupó por los papeles de los sexos. Tendría una gran importancia para su tocayo John Stuart Mill, que jugaría a su vez un importante papel para la igualdad entre los sexos. Locke anticipó en general muchas ideas liberales que más adelante, durante la ilustración, llegaron a florecer en la Francia del siglo XVIII. Por ejemplo él fue quien primero habló a favor de lo que llamamos ‘’principio de división de los poderes’’. Lo que quiere decir que el poder del estado queda repartido en varias instituciones. El poder legislativo o la asamblea nacional. Luego viene el poder judicial o los tribunales de justicia, y finalmente el poder ejecutivo o el gobierno.

Esta tripartición proviene del filósofo francés Montesquieu, de la época de la ilustración. Locke había señalado que, ante todo, los poderes legislativo y ejecutivo deberían estar reparados, con el fin de evitar la tiranía. Fue contemporáneo de Luis XIV, quien había reunido todo el poder en una sola mano. ‘’El estado soy yo’’, dijo. Decimos que fue un autocrático. Hoy en día lo habríamos considerado un Estado sin derecho. Con el fin de asegurar un Estado de derecho, los representantes del pueblo deberían legislar y el rey o el gobierno ejecutar las leyes, pensaba Locke.

Ahora ya debo retirarme querido lector, espero que te haya servido esta clase, la próxima vez hablaremos del segundo empirista famoso, David Hume. Hasta pronto.

viernes, 24 de diciembre de 2010



Yo…
El pez, que animal tan extraordinario, respira bajo el agua y muchas veces yo ni siquiera soy capaz de respirar el aire…Una tortuga, lenta y silenciosa pero segura, creatura increíble, que bonito el amanecer, aunque no puedo compartirlo, no hay nadie a quien le pueda contar mis pensamientos de vida, aun así, los escribo, no hay nadie a quien pueda mostrarle lo grande que es el océano, aun así, me gusta observarlo, mirar las olas, mirar la arena, veo muchos reflejos, el mundo es enorme, entonces ¿por qué no aprovecharlo? Hay muchas cosas que llenan de asombro mis ojos. El agua, fuente de vida, el mar azul y transparente en realidad, se muestra en dos colores, el cuerpo y el alma, es cristal líquido, muchas burbujas perfectas flotan por ahí, obra de los peces y plantas. Nunca me había puesto a verlo de esta manera, puedo oírlo, puedo sentirlo, veo rojos corales, piedrecitas muy raras, mucha vida, así es nuestro mundo, somos como pequeños pececillos, que viven del aire, yo no vivo en manada, soy un pez solitario, a veces nado al lado de otros, pero me mantengo en silencio, escribo a solas, así me expreso. La vida es un mar profundo y hay que nadarlo, me gusta lo que veo y quiero ver más, tal vez alguien quiera acompañarme en mi largo viaje, pero una cosa si es cierta, seguiré nadando hasta el fin de mis días, porque quiero conocer el mundo y aunque ya haya visto una parte, no ha sido más que una mínima parte de todo lo que hay afuera, y debo descubrirlo, quiero llenar mis ojos. Delfín, tiburón y pez dorado, esos tres soy yo, de fuego y de agua es mi corazón viajero, profunda y ardiente es mi alma y así seré por siempre.

Diva xx

lunes, 15 de noviembre de 2010

La República de Platón


Buenas tardes lector, hace un tiempo no vengo por aquí, en estos momentos tengo deseos de hacer un ejercicio mental contigo. Hace un rato estaba leyendo el séptimo libro de ‘’La República’’ de Platón y extraje algunas ideas del texto que me gustaría compartir contigo a continuación:

1- Se parecen, sin embargo, a nosotros punto por punto. Por lo pronto ¿crees que puedan ver otra cosa de sí mismos y de los que están a su lado, que las sombras que van a producirse enfrente de ellos en el fondo de la caverna?
2- ¿Ni cómo habrían de poder ver más, si desde su nacimiento están precisados a tener la cabeza inmóvil?
3- Si pudieran conversar unos con otros, ¿No convendrían en dar a las sombras que ven, los nombres de las cosas mismas?
4- No creerían que pudiera existir otra realidad que estas mismas sombras.
5- La luz le ofenderá los ojos y el alucinamiento que habrá de causarle le impedirá distinguir los objetos, cuyas sombras veía antes.
6- Y si se le obligase a mirar al fuego ¿no sentiría molestia en los ojos? ¿No volvería la vista para mirar a las sombras, en las que se fija sin esfuerzo? ¿No creería hallar en éstas más distinción y claridad que en todo lo que ahora se le muestra?
7- Necesitaría indudablemente algún tiempo para acostumbrarse a ello. Lo que distinguiría más fácilmente sería, primero, las sombras; después, las imágenes de los hombres y demás objetos pintados sobre la superficie de las aguas; y por último, los objetos mismos.
8- Comenzando a razonar llegaría a concluir que el sol es el que crea las estaciones y los años, el que gobierna todo en el mundo visible, y el que es en cierta manera la causa de todo lo que se veía en la caverna.
9- Si en aquel acto recordaba su primera estancia, la idea que allí se tiene de la sabiduría y sus compañeros de esclavitud, ¿No se regocijaría de su mudanza y no se compadecería de la desgracia de aquéllos?
10- Si este hombre volviera de nuevo a su prisión, para ocupar su antiguo puesto, en este tránsito repentino de la plena luz a la oscuridad, ¿no se encontraría como ciego?
11- Ésta es precisamente la imagen de la condición humana. El antro subterráneo es este mundo visible; el fuego que le ilumina es la luz del sol; este cautivo, que sube a la región superior y que la contempla, es el alma que se eleva hasta la esfera inteligible.
12- Un hombre sensato reflexionará que la vista puede turbarse de dos maneras y por dos causas opuestas; por el tránsito de la luz a la oscuridad, o por el de la oscuridad a la luz.
13- Al pasar de la ignorancia a la luz, se ve deslumbrada por el excesivo resplandor de ésta.
14- En esta evolución, que se hace experimentar al alma, todo el arte consiste en hacerla girar de la manera más fácil y más útil. No se trata de darle la facultad de ver porque ya la tiene; sino que lo que sucede es que su órgano está mal dirigido y no mira a donde tiene que mirar, y esto es precisamente lo que debe corregirse.
15- Si desde la infancia se hubieran atajado estas tendencias criminales, que como otros tantos pesos de plomo arrastran el alma hacia los placeres sensuales y groseros y la obligan a mirar siempre hacia abajo si después de haberla librado de estos pesos, se hubiera dirigido su mirada hacia la verdad, la habría distinguido con la misma sagacidad.
16- El legislador no debe proponerse por objeto la felicidad de una determinada clase de ciudadanos con exclusión de las demás, sino la felicidad de todos.

Muy bien, ahora que he dado las ideas que extraje del texto de Platón es hora de que hagas por ti mismo, lector, el ejercicio mental, tendrás que analizar cada una de estas frases y luego compararlas con ejemplos de tu propia vida, si quieres puedes escribirlo en un papel o tal vez hacerlo muy breve en tu cabeza, pero es importante que aprendas a pensar filosóficamente, esa es mi meta contigo, si consideras que para el análisis necesitas leer el texto también es válido que lo hagas, sin nada más que decir me despido y te dejo a solas con tu mente.

sábado, 2 de octubre de 2010

Un Mundo Mágico

Al principio fue la gran explosión, y de eso hace ya mucho tiempo. Aquí solo se hará mención de la noche. Aún es posible conseguir una entrada. En una palabra: la propina consiste en que se cree el público del espectáculo. Sin la claque, no habría tenido sentido dominar a lo sucedido en el espectáculo. Sigue habiendo asientos libres.
Para mí, éste ha sido siempre un mundo mágico, desde que era muy pequeña. Sigo teniendo la sensación de haber visto algo que nadie más ha visto. Resulta difícil describir esa sensación con palabras sencillas, pero imagínate este mundo antes de ese moderno machaqueo de leyes de la naturaleza, doctrinas evolucionistas, moléculas del ADN, bioquímica y células nerviosas, es decir, antes de que este globo comenzara a dar vueltas, antes de que fuera rebajado a ser un ‘’planeta’’ en el espacio, y antes de que el orgulloso cuerpo humano fuera fragmentado.
Un alce sale de repente de un bosquecillo, te mira durante un segundo, y al instante desaparece. ¿Qué alma es la que pone en movimiento a ese animal? ¿Qué fuerza insondable es la que decora la tierra con flores de todos los colores del arco iris y siembra el cielo nocturno con unos suntuosos encajes de estrellas centellantes? Un sentimiento de la naturaleza desnudo y directo lo encuentras en la literatura popular, por ejemplo en los cuentos de los hermanos Grimm, te los recomiendo lector. Lee las sagas islandesas, lee los mitos griegos y nórdicos, lee el antiguo testamento.
Mira el mundo, lector, mira el mundo antes de haber engullido tanta física y química.
En este momento grandes manadas de animales salvajes corren por asoladas planicies. En la desembocadura de un rio están incubando miles de flamencos rosados. Cautivadores rebaños de gacelas saltan como por arte de magia por la sabana africana. Miles y miles de pingüinos reales charlan en una playa helada de la Antártida, y no sufren, están a gusto. Pero no solo cuenta la cantidad. Una foca rellenita se lanza al agua desde un islote.
No me digas que la naturaleza no es un milagro. No me digas que el mundo no es un maravilloso cuento. Quien no lo haya entendido, tal vez no lo haga hasta el momento en el que el cuento esté a punto de acabar. Pues es cuando te dan la última oportunidad de quitarte los lentes oscuros, una última ocasión de frotarte los ojos de asombro, una última ocasión de entregarte a este milagro del que ahora te despides y al que vas a abandonar.
Me pregunto si entiendes lo que trato de expresar, lector. Nadie se ha despedido llorando de la geometría de Euclides o del sistema periódico de los átomos. Nadie se echa a llorar porque va a ser desconectado de internet o de la tabla de multiplicar. Es del mundo de lo que uno se despide, de la vida, del cuento. Y al mismo tiempo, uno se despide de una pequeña selección de seres queridos.
Alguna que otra vez pienso que desearía haber vivido antes del invento de la tabla de multiplicar, y al menos antes de la física y química modernas, antes de que comenzáramos a entenderlo todo, es decir, cuando todo era MAGIA. Así me parece la vida en este momento en que estoy sentada en este santuario escribiendo estas líneas. Yo no soy una científica pero no rechazo ninguna de las ciencias aunque mi concepción del mundo es mítica, casi animista. Nunca he permitido a Newton ni a Darwin que se carguen el mismísimo misterio de la vida.
Tras haber leído esto, ya conoces algo de mí. Ya sabes quién soy, eso me reconforta.
En cierto modo me conoces mejor de lo que me conocen muchas otras personas, aunque no hayamos conversado a solas antes. Nunca me he sincerado con nadie como contigo en todo lo que escribo pata ti, lector.
A veces necesito dormir un poco durante el día, no porque me sienta mal, sino porque no consigo tranquilizarme por las noches, pues es cuando me invaden todos mis pensamientos, es cuando más me asolan. En el momento de acostarme me adentro en los tristes enigmas, en el cuento grande y feo que no tiene hadas buenas, sólo espíritus oscuros y elfos malvados. Entonces es mejor renunciar al sueño por la noche y dormir en algún momento de la mañana cuando hay luz fuera.
La otra vez me quede pegada observando mi mano y se me ocurrió que tal vez en mi ultimo momento tal vez en la cama de un hospital estaré agarrada de una mano cálida y viva. Imagínate, lector, si al otro lado también hubiera una mano que agarrar. Pero no creo que exista ningún otro lado. Estoy casi segura. Todo lo que hay solo dura hasta que se acaba. Pero lo último a lo que suele estar agarrado un ser humano es a una mano.
He pensado antes que lo más contagioso que conozco es la risa. Pero también la pena puede contagiarse. El miedo es diferente. No se contagia con la misma facilidad que la risa y la pena…y menos mal. Tengo miedo de ser expulsada de este mundo. Tengo miedo de noches como ésta, que no se me permitirá vivir.
Esta es la vida de todos los días, ésta es la realidad. Pero la puerta para salir de la realidad está abierta de par en par. Son tantas las cosas de las que tenemos que despedirnos. Son tantas las cosas que dejamos atrás.
El tiempo, lector. ¿Qué es el tiempo?
Imagínate que hace miles de millones de años, cuando todo se creó, te encontraras en el umbral de este cuento y pudieras elegir si quieres nacer a una vida en este planeta. No sabrías cuándo vivirías, ni tampoco el tiempo que permanecerías aquí, pero de todos modos no serían más que unos cuantos años. Lo único que sabrías es que, si eliges entrar en el mundo, tendrías que despedirte y dejarlo todo algún día, cuando llegara el momento. Tal vez te causara mucha pena, porque muchos seres humanos opinan que la vida en este gran cuento es tan maravillosa que se les saltan las lágrimas con sólo pensar que se va a acabar. A veces es todo tan bueno aquí que duele mucho pensar que un día se acabará.
¿Qué habrías elegido tú, lector, si una fuerza mayor te hubiera permitido elegir? Tal vez podamos imaginarnos un hada cósmica en este gran cuento de misterio. ¿Habrías elegido vivir una vida en la Tierra, larga o corta, dentro de cien mil o cien millones de años? ¿O te habrías negado a participar en el juego por no aceptar las reglas?
Me he hecho muchas veces esa misma pregunta. ¿Hubiera elegido vivir una vida en la Tierra sabiendo que un día de repente me sería arrebatada, tal vez en medio de una gran felicidad? ¿O habría rechazado desde el principio ese agitado juego de ‘’dar y quitar’’? Pues solo venimos al mundo una vez. Las puertas del gran cuento se nos abren. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
No estoy muy segura de lo que hubiera elegido. Creo que me habría negado a aceptar las condiciones. Tal vez habría rechazado cortésmente la oferta de visitar el cuento, e incluso es probable que no hubiera contestado tan cortésmente. Tal vez habría dicho con un bramido que el dilema en sí estaba tan cargado de maldad que no quería saber nada de él. En parte estoy segura de que habría rechazado la oferta en su totalidad.
Si hubiera elegido no meter la cabeza en el gran cuento, no habría sabido lo que me iba a perder. ¿Entiendes lo que quiero decir con eso? Algunas veces a los humanos nos resulta peor perder algo querido que no haberlo tenido nunca. Lo mismo sucede en otros cuentos. ¿Crees que la cenicienta habría elegido ir al palacio como princesa si hubiera sabido que ese juego duraría sólo una semana escasa? ¿Cómo crees que se hubiera sentido al regresar a las cenizas y los atizadores, la malvada madrastra y las feas hermanastras?
Pero ahora te toca a ti contestar, lector, te cedo la palabra. Vuelvo a preguntar: ¿Qué habrías elegido si te hubieran dado la posibilidad de elegir? ¿Habrías elegido vivir un breve rato en la Tierra y al cabo de unos años ser arrancado de todo para jamás volver? ¿O habrías rechazado la oferta? Te doy sólo estas dos alternativas. Así son las reglas. Si eliges vivir, también eliges morir.
Pero ahora, lector, puede surgir un nuevo dilema, que tal vez no sea tan difícil o tan maligno como el primero. Si contestas que a pesar de todo habrías elegido vivir, aunque sólo hubiera sido por poco tiempo, entonces no tengo derecho a desear no haber nacido.
Así puede crearse una especie de equilibrio en esas cuentas, en el sentido de que las dos partidas se compensan. Naturalmente, eso es lo que espero. Incluso es el motivo por el que escribo esto.
No podrás contestarme directamente a la gran pregunta que te he hecho. Pero puedes hacerlo indirectamente. Puedes responder mediante la manera en la que eliges vivir esta vida.
Lector, una última pregunta: ¿Puedo estar segura de que no existe vida alguna después de esta? ¿Puedo estar convencida de que no me encuentre en otro lugar cuando leas esto? No, no puedo estar segura del todo. Porque si el mundo existe, es que ya se ha sobrepasado el límite de lo improbable. ¿Entiendes lo que quiero decir? Estoy tan saciada de asombro por que exista un mundo que ya no me cabe más asombro, aunque luego resultara que existe otro mundo después.
Lo que muchas veces me hace pensar es cuando paso horas jugando algún videojuego. Cada vez que me ‘’muero’’ en algún juego, sale inmediatamente un nuevo tablero, y estoy otra vez jugando. ¿Cómo podemos saber que no existe un ‘’nuevo tablero’’ también para nuestras almas? Yo no lo creo, de verdad que no lo creo. Pero el soñar con algo improbable tiene un nombre. Lo llamamos ‘’Esperanza’’

martes, 31 de agosto de 2010

El Espejo

Cuanto más se acerca el ser humano a la extinción eterna, con mayor claridad ve al animal que lo saluda en el espejo al enfrentarse a un nuevo día. No encuentra consuelo en la mirada afligida de un ser de luto. Ve el ambiente hechizado, es el fin del mundo, piensa. Aquí acaba abruptamente el largo viaje de la evolución.
Lector, ¿te has subido en un avión alguna vez en tu vida?, al asomarte por la ventanilla miras hacia abajo, miras la Tierra. Has estado sentado en el cielo mirando al planeta con todas sus ciudades y carreteras, montañas y campos. Vuelas por encima de las nubes como si te encontraras a medio camino entre el cielo y la tierra.
Cuando llegamos al mundo recibimos un mundo entero de regalo, pero no somos solamente nosotros los que llegamos al mundo, también se puede decir que el mundo llega a nosotros, y no lector, no es lo mismo, a mi me parece que soy dueña de un mundo entero, de alguna manera es así…no solamente este santuario, también soy dueña del sol y de la luna, y de todas las estrellas del cielo. Porque lo he visto todo. Nadie me puede quitar esto, será para siempre mi mundo.
El planeta no para de dar vueltas lector, yo no noto cuando el mundo se mueve, imagínate si lo sintieras. La Tierra da vueltas para que todos los seres humanos puedan mirar al universo en todas las direcciones del cielo. De esa manera vemos casi todas las estrellas y todo lo que hay allí afuera, estemos donde estemos. Da igual que vivamos en China o en Egipto, ninguna franja del universo debe permanecernos oculta. Sería muy injusto que sólo la mitad de la humanidad pudiera sentir los rayos solares en el rostro, o que, por ejemplo, la mitad de los habitantes de la Tierra jamás viera ni siquiera una media luna. Tanto el sol como la luna pertenecen a todos los seres humanos de la Tierra.
Me encuentro un poco molesta, no me cuadra que el mundo no pueda estar hecho de diferente manera. Estoy segura que te ha sucedido también a ti lector, muchas veces has intentado dibujar algo muy bonito y luego te ha salido algo diferente a lo que habías imaginado. Eso ocurre casi siempre, pero precisamente eso es lo que lo hace tan interesante…el no saber exactamente qué va a ser. La obra de la creación y la celestial constituyen un misterio tan grande que nadie consigue captarlo, pero hay algo en el espacio celestial que no cuadra, algo ha fallado en el gran dibujo.
Vemos todo por un espejo y oscuramente. Algunas veces podemos mirar a través del espejo y vislumbrar algo de lo que hay al otro lado. Si puliéramos del todo el espejo, veríamos mucho más, pero entonces dejaríamos de vernos a nosotros mismos. Es un pensamiento muy profundo, lo sé, y más a fondo no se llega en los huesos y en la carne. Porque el hueso y la carne son un lago de poca profundidad, constantemente se ve la arena en el fondo. Como sabes lector, el hueso y la carne no son más que tierra y agua. Pero además contiene algo de espíritu, por eso dentro de nosotros hay algo que es energía.
Todas las estrellas se caen algún día lector, pero una estrella no es más que una chispa de la gran hoguera celestial….Odín tenía un cuervo en cada hombro, y todas las mañanas volaban por el mundo para ver cómo estaba todo. Luego volvían y le contaban a Odín lo que habían visto pero, de alguna manera era Odín el que volaba a la vez que estaba tranquilamente sentado en su trono, volaba por el mundo sobre las alas de los cuervos. Me hubiera gustado tener dos cuervos así, o al menos ser uno de ellos…

martes, 27 de julio de 2010

La Realidad

Nosotros estamos ahora en el cuento, pero somos aquello para lo que no hay palabras. ¿Sería el cuento un verdadero cuento si fuera capaz de verse a sí mismo? ¿Causaría impacto la vida diaria si estuviera constantemente explicándose a sí misma?
Sugiero que hablemos de la realidad, la cual es inmensamente grande y además increíblemente vieja. Aunque nadie sabe con exactitud de donde viene.
Piensa en el sistema solar, este es sólo una pequeña fracción microscópica de lo que llamamos ‘’la realidad’’. En conjunto la realidad consta de unos 10.000 millones de galaxias, una de las cuales es la Vía Láctea, y en ella el sol no es más que una más entre otras 10.000 millones de estrellas, aunque es precisamente ese sol el que se va a levantar sobre este planeta cada vez que pasa una noche, para que empiece un día completamente nuevo en la Tierra.
Sólo estamos aquí un breve momento, y colorín colorado…habremos desaparecido para el resto de la eternidad, la cual como sabes querido lector, va a durar muchísimo. Yo, por ejemplo, habré desaparecido dentro de algunos años o decenios, y entonces no tendré oportunidad de informarme acerca de lo que acurre aquí. Naturalmente, también habré desaparecido dentro de cien millones de años a contar desde ahora y, entonces, habré estado ausente durante exactamente cien millones de años, menos algunas semanas y meses incluido lo que queda de este día.
Lo que más me preocupa no es realmente que esta vida sea tan breve, lo que me molesta es que nunca voy a poder volver una vez que me haya ido, volver a la realidad, quiero decir. No tendría necesariamente que volver aquí, es decir a la Vía Láctea, si hubiera problemas de espacio, por ejemplo. Estaría dispuesta a considerar la posibilidad de otra galaxia, siempre que hubiera al menos un santuario para pensar y reflexionar. De modo que el problema no es despedirse, sino el no poder volver nunca. Para los que poseemos esas dos o tres circunvoluciones cerebrales (que podríamos decir de más) en algunos momentos las perspectivas pueden llegar a acabar con nuestra alegría de vivir, no sólo emocionalmente porque no se trata aquí solo de una provocación a las emociones, sino porque la propia razón va en contra. Podríamos decir que esas dos o tres circunvoluciones se afectan precisamente a ellas mismas, se muerden la cola, por así decirlo, y no sólo en broma, sino hasta sangrar; tienen, en otras palabras una naturaleza destructiva, y tampoco resulta fácil deshacerse de ellas. A un geco, por ejemplo le resulta más fácil deshacerse de una cola que está siendo atacada, porque para los humanos no existe ningún paralelo cerebral a la autotomía de los gecos. Es verdad que las sinapsis atacadas pueden ser anestesiadas durante unas horas, por ejemplo con algunos tragos de alcohol, pero se trata sólo de un alivio pasajero y no de una solución al dilema en sí.
Las partes del cerebro que no son estrictamente necesarias para las funciones vitales básicas es decir, las partes sobrantes, son, por otra parte, la condición misma de ese conocimiento que hemos adquirido sobre la evolución de la vida en la Tierra, ciertas leyes básicas de la naturaleza y la propia historia del universo desde el Big Bang hasta hoy. No son pequeñeces con lo que llenamos nuestro cerebro, ¿Sabes?
Esto da justo para tener una serie de ideas claras sobre la historia de la realidad, su geografía y la naturaleza de la masa. Pero nadie entiende nada de lo que es esa masa, al menos no por estas latitudes, y las distancias en el universo no sólo son enormes: son grotescas. La cuestión es si habríamos entendido algo más de lo que es el mundo, en el sentido más profundo, si el cerebro hubiera sido por ejemplo un 10% más grande o un 15% más eficaz. ¿Tú qué crees lector? ¿Crees que hemos llegado en nuestra orientación hasta donde le es posible llegar a cualquier cerebro, sea cual sea su tamaño? Porque no podemos ignorar la posibilidad de que pueda resultar prácticamente imposible entender más de lo que ya entendemos. En ese caso, es un pequeño milagro el que poseamos un cerebro que tiene el tamaño exacto para entender, por ejemplo, la teoría de la relatividad, las leyes de la física cuántica o el genoma humano. Pues en ese campo no existen muchos eslabones perdidos. Dudo que incluso el chimpancé más avanzado tenga alguna idea del Big Bang, del número de años luz que nos separan de la galaxia más cercana o, por qué no, de que la Tierra sea redonda. Resulta interesante en este contexto señalar que el cerebro del ser humano no podría ser más grande de lo que es porque habría impedido que las madres anduvieran erguidas. Me apresuro a indicar que, sin la postura erguida de los seres humanos, el cerebro no habría podido desarrollar el tamaño que tiene. Estoy señalando un equilibrio precario, e intentaré expresarlo de otra manera: Lo que podemos llegar a entender de este enigma en el que nos movemos puede, pues, depender de la pelvis de la mujer. Me parece inaudito que el conocimiento de este universo tenga estas limitaciones anatómicas tan banales. ¿Pero no resulta también enigmático el que esa ecuación carnal pueda resolverse? Tal vez resulte que la X de la ecuación es exactamente el ‘’Quantum Satis’’ es decir ‘’Quantum Satis’’ para que este universo en este momento sea consciente de sí mismo. La pelvis del ser humano tiene el tamaño exacto para que podamos entender lo que es un año luz, a cuantos años luz están las galaxias más lejanas y, por ejemplo, cómo se comportan los cuantos de la materia tanto en un laboratorio como en los primeros segundos tras la gran explosión.
Puede pensarse y no tengo problema para imaginar, un cerebro capaz, por ejemplo, de aprenderse de memoria todas las páginas de la Enciclopedia Británica. Ni siquiera me cuesta imaginarme un cerebro capaz de contener el conjunto de todas las experiencias de la humanidad. De lo que dudo es de si en un principio es posible entender mucho más de los secretos de este universo de lo que la humanidad ya comprende. De esta manera todas mis preguntas se reducen a si el universo en sí guarda más secretos. Quiero decir: si encuentras un meteorito, puedes dedicarte a adivinar cuánto pesa, cuál es su peso específico y de qué sustancias químicas está compuesto. Pero cuando se ha investigado todo esto, ya no quedan más posibilidades de seguir sacando secretos a la piedra. Entonces sólo es lo que es y lo que ha sido siempre. Luego se puede conservar y tal vez llenarse de polvo en un museo, pero nosotros no hemos avanzado, pues ¿Qué es una piedra?
Sólo digo que la época científica puede estar acercándose a su fin. Hemos llegado ya a la meta, y la meta es la consciencia del largo camino hacia la meta. Nos hemos presentado al universo y el universo se nos ha presentado expresamente. Tal vez la ciencia haya llegado al final del camino, eso es lo que quiero decir, tal vez sepamos todo lo que vale la pena saber. Y cuando hablo de ‘’nosotros’’ no sólo hablo de ti y de mí, lector, me refiero a todos los demás cerebros potenciales de todo el universo. En ese caso, y ésa es la teoría por la que me inclino en este momento, la realidad sufre de una incurable falta de nombre. ¿Quién soy?, pregunta la realidad. Pero nadie contesta. No hay nadie que nos vea o nos oiga. Sólo nos vemos a nosotros mismos.
Los humanos solo estamos presentes a medias en el mundo. Sabemos que nos vamos a marchar, sabemos que vamos a desaparecer del todo, y por eso estamos ya medio desaparecidos. Venimos de todo lo que hay y no vamos hacia ninguna parte. Cuando lleguemos a nuestro destino no podremos ni siquiera soñar con volver. Iremos al país donde ni siquiera se duerme.

jueves, 8 de julio de 2010

El Alma

Llevamos y somos llevados por un alma a la que no conocemos. Cuando el enigma se yergue sobre dos patas sin haberse solucionado, es cuando nos toca el turno a nosotros. Cuando las imágenes soñadas se pellizcan el brazo sin despertarse, somos nosotros. Porque somos el enigma que nadie sabe resolver. Somos el cuento encerrado en su propia imagen. Somos los que andamos sin cesar y nunca llegamos a la claridad.
Es muy curioso observar a una persona mientras duerme, la verdad yo no entiendo lo de dormir. ¿Lo entiendes tú? Seguro no habrás notado lo que ocurre dentro de tu cabeza justo en el momento de dormirte, simplemente te duermes. La verdad querido lector, no sé cómo nos atrevemos a dormir, porque no sabemos si vamos a despertar de nuevo. En el momento de dormirnos no estamos despiertos, es decir, estamos en la frontera. Por eso nadie sabe exactamente cómo es dormirse. Es incomprensible porque dentro de la cabeza debe de ocurrir una pequeña revolución, pero cuando ha ocurrido, ya nos hemos dormido. Es decir, no es posible pensar ‘’acabo de dormirme’’, porque ya es demasiado tarde para pensar. La cabeza es como una especie de máquina que de repente se apaga a si misma, pero, cuando se ha apagado y ya no tiene corriente eléctrica, ¿Cómo logra volver a encenderse unas horas más tarde?
Me hago unas preguntas muy difíciles de responder, lo sé, probablemente tu respuesta seria ‘’simplemente nos dormimos y luego volvemos a despertar unas horas más tarde’’ yo creo que estamos hablando del misterio más grande de todo el universo pero no solo pienso en lo que tiene que ver con el dormir…
Hemos sido creados compuestos por átomos y moléculas en un pequeño planeta del universo. Tenemos piel, pelo y cinco sentidos que hacen que seamos capaces de captar y vivir en el mundo que nos rodea. Pero dentro de este cráneo también tenemos un cerebro blando que nos da la capacidad de dormir, soñar, pensar y recordar.
Señores, tenemos que hablar del alma. Tal vez se encuentre también dentro del cuerpo, pero no forma parte de él de la misma manera que el corazón o los riñones. Lo mas enigmático de todo es eso que llamamos ‘’memoria’’. Por ejemplo, somos capaces de reconocer a alguien que hemos visto una vez hace muchísimo tiempo.
¿Qué se siente dentro de la cabeza al ‘’recordar’’ algo? ¿Qué pasa en ese momento con todos los átomos y moléculas del cerebro? ¿Crees que de repente y de un salto vuelven a colocarse exactamente como estaban en el momento en que sucedió lo que estás recordando? Apuesto a que nunca habías pensado en ello. ¿Crees que las piedras de una playa recuerdan cómo era esa misma playa dos minutos antes? Supongo que no, es que no hay nada que se olvide más rápidamente que el cómo estaban colocadas las piedras en la playa, además las piedras no son capaces de recordar nada de nada, pero los átomos y las moléculas de tu cabeza saben ‘’recordar’’ cómo era todo hace muchos años. Incluso cuando después han entrado un montón de nuevos pensamientos y recuerdos. Un pensamiento o un recuerdo es algo así como un determinado dibujo de piedrecitas en la playa de la conciencia, ¿no?
Muchas veces decimos que nos sabemos algo de memoria, puede ser un libro o algo que hayamos estudiado para algún examen, cualquier cosa, pero precisamente eso de saber algo ‘’de memoria’’ es bastante interesante, ya que forma parte del gran misterio del que estamos hablando. ¿Has pensando que el cerebro del ser humano es la sustancia más enigmática que hay en todo el universo? Supongo que hasta ahora no lo habías pensado…Todos los átomos de que está compuesto tu cerebro fueron en su momento cosidos en una estrella. Pero luego se entremezclaron misteriosamente, hasta convertirse en eso que llamamos ‘’conciencia’’. Es decir el alma del ser humano pasa oscilando por un cerebro tejido por un polvo muy fino que en su momento, cayó de las estrellas del cielo. Los pensamientos y los sentimientos de los seres humanos tocan y retocan ese fino polvo estelar en el que todos los hilos nerviosos pueden componerse de maneras siempre nuevas…
Imagino que tiene que ser una extraña sensación ser un cerebro vivo en el universo. Es como un pequeño universo propio dentro de un gran universo de fuera. Porque hay tantos átomos y moléculas en tu cerebro como estrellas y planetas en el universo, y quizá haya tanta distancia hasta tus pensamientos más íntimos, como la que hay hasta las estrellas más lejanas del universo. La única diferencia es que el cerebro es consciente de su propio ser. Puede evaluar constantemente su propia actividad. No ocurre así con el universo que lo rodea. El universo no puede decir por si mismo ‘’Yo soy yo’’. Para eso necesita la ayuda de los seres humanos.
Supongo que estás de acuerdo con que eso es una diferencia importante, ahora otro punto para explicar sería el de olvidar. ¿Cuántas veces no decimos se me había olvidado o lo olvidé? Tengo la seguridad de que si te preguntara cómo es olvidar me dirías que el pensamiento ‘’simplemente desaparece’’ pero, puede que vuelva a aparecer, yo opino que nunca debemos lamentar un pensamiento que se escapa…es como ir de pesca y el pez se sale del anzuelo entonces regresa al fondo del mar y reaparecerá más gordo.
Lector, hemos sido testigos de un gran misterio muchísimas veces y sin darnos cuenta. Infinidades de veces hemos preguntado algo a alguien y la respuesta es que lo han olvidado, que el pensamiento había desaparecido pero, cuando no lo recordaban, ¿Dónde estaba? Sé que resulta curioso, algunas veces las cosas simplemente se nos ocurren, entonces yo me pregunto ¿De dónde llegan exactamente esas ocurrencias? Puede que me digas que ‘’de la cabeza’’ y si preguntara dónde ocurren seguramente reirías y me dirías ‘’en la cabeza’’ será de cabeza a cabeza, pues jajaja. Aunque en realidad querido lector, tú y yo estamos hablando de una misma cabeza, pero no es solo lo que vemos y oímos lo que recordamos y olvidamos, para luego volver a recordar. El cerebro también actúa por su cuenta. Es a eso a lo que llamamos ‘’pensar’’. Es como si todas las piedrecitas de una gran playa empezaran a moverse solas sin ayuda de las olas. Intenta imaginártelo, imagínate que de repente empezaran a dar saltos en todas las direcciones.
También algo que has pensado puede quedarse a un lado por un rato, para luego ser recobrado en la conciencia. Es como si dieras marcha atrás a esa cinta de video que es la conciencia, para volver a pensar otra vez el mismo pensamiento. Hay gente que cree que repetimos muchos viejos pensamientos que en realidad deberían haberse agotado hace ya tiempo. Yo diría más bien que un viejo pensamiento vuelve a surgir por su cuenta. No siempre podemos decidir lo que vamos a recordar y lo que vamos a olvidar. A veces pensamos en cosas en las que no queremos pensar, otras veces decimos o hacemos cosas que en realidad no habíamos pensado. Puede resultar muy desagradable.
Considero que no tenemos sólo un alma. De alguna manera, tenemos dos, o quizá muchas más. ¿Cómo, si no, explicas que pensamos cosas que en realidad no queremos pensar? Esos pensamientos no deseados tienen que estar dirigidos por algo que no sea nuestra conciencia. Es más o menos como un teatro en el que no tenemos la menor idea de qué obra se va a representar la próxima vez. Lo que quiero decir es algo así como que el alma es el teatro y que los actores sobre el escenario son los diferentes pensamientos que surgen incesantemente actuando en los distintos papeles. Lo que es cierto es que tiene que haber muchos salones en el teatro de la conciencia y muchos escenarios también.
Muchas personas me han preguntado ‘’¿Puedes intentar describir qué sientes en tu cabeza cuando piensas en algo?’’ ‘’¿No sientes como un cosquilleo cuando tienes pensamientos divertidos?’’ ‘’¿Y no te duele a veces cuando piensas en algo amargo y triste?’' Efectivamente de alguna manera sentimos como un cosquilleo cuando pensamos algo divertido, y tal vez sintamos escozor al pensar en algo triste. Pero no se siente dentro de la cabeza, sino en el alma, y el alma no es exactamente lo mismo que la cabeza.
Nosotros los seres humanos, intentamos comprender cada vez más. De repente, entendemos algo nuevo. A los más astutos se les da el premio Nobel por esos descubrimientos, si son importantes para toda la humanidad. Es más o menos como cuando el cuerpo crece. De la misma manera, crece también nuestra comprensión. Ahora digo, también hay cosas que olvidamos entonces tal vez sea como dar dos pasos hacia delante y uno hacia atrás, pero aunque nos olvidemos de algunas cosas no significa necesariamente que desaparezcan del todo, pueden volver a aparecer de repente.
Me podrías decir querido lector, ¿Qué sientes al soñar? Soñar es una manera de pensar…o una manera de mirar. O quizá ambas cosas a la vez. Pero, cuando soñamos, no decimos lo que pensamos o vemos. Cuando soñamos, nuestra cabeza piensa por su cuenta. Entonces es cuando se puede hablar de un verdadero teatro. A veces, al despertarme. Recuerdo que he soñado una obra de teatro entera, o una película que yo hago, porque soy yo quien desempeña todos los papeles. Tal vez podríamos decir que las células del cerebro se proyectan películas unas a otras. Al mismo tiempo, la película está sentada detrás en la sala, viéndose a sí misma en la pantalla. Porque cuando soñamos, somos actores y público a la vez. ¿No es misterioso?
A mí todo esto me resulta un poco terrible. Puede resultar muy divertido, pero muy terrible también, porque no siempre tenemos sueños divertidos, algunas veces son feos y asquerosos…Naturalmente es una pena que nos tengamos que torturar de esa manera. Lo ideal sería que tuviéramos la posibilidad de acabar con los sueños que no nos gusten. Debería haber una salida de emergencia en la sala de cine. Pero resulta completamente imposible, precisamente porque nuestra propia alma es la sala de cine, y la que decide el repertorio, además. Porque no podemos huir de nuestra propia alma.
No quiero que sea así. Pero no puedo decidir solo tener los sueños divertidos. Tengo que aceptar lo que venga. Tras una larga noche, despierto a veces pensando que he estado en el concierto de mi banda favorita. Y, de alguna manera, sí he estado, porque cuando sueño creo que estoy donde está teniendo lugar el sueño. Todo puede ocurrir en el sueño. Ni siquiera necesito dormir, a veces hago volar los pensamientos cuando estoy despierta. Puedo vagar por este santuario o por países lejanos.
En nuestra cabeza podemos hacer todo lo que saben hacer los seres sobrenaturales (ángeles, fantasmas, etc.) con todo el cuerpo. Cuando soñamos podemos hacer dentro de nuestras cabezas exactamente lo mismo que hacen ellos como volar o atravesar puertas. En nuestra mente nada puede hacernos daño. Entonces somos iguales de invulnerables que ellos. Todo lo que vivimos en el sueño es pura y simple conciencia y no utilizamos cinco sentidos del cuerpo y entonces tal vez nuestra alma sea inmortal como los seres sobrenaturales. Toda la creación es un espejo, lector, todo el mundo es un enigma...
En el globo del ojo colisionan visión, precepción, creación y reflexión. Las esferas oculares son una mágica puerta giratoria en donde el espíritu creador se encuentra a sí mismo en el creado. El ojo que mira el universo es el ojo del propio universo.