viernes, 4 de febrero de 2011

El Empirismo (John Locke)

Buenas tardes lector, aquí estoy de nuevo después de tanto tiempo, disculpa mi ausencia, como ya sabes mi misión es que aprendas a pensar filosóficamente, pero para ello también es necesario enseñarte algunos movimientos filosóficos junto con algunos de sus autores. Es importante que hablemos de uno de los movimientos filosóficos más importantes en nuestra historia.

Muchos filósofos adoptaron el punto de vista de que no tenemos absolutamente ningún contenido en la conciencia antes de adquirir nuestras experiencias mediante los sentidos. Este punto de vista se llama Empirismo.

Los empiristas, o filósofos de la experiencias más importante fueron Locke, Berkeley y Hume, y los tres eran británicos. Los racionalistas dominantes en el siglo XVII eran el francés Descartes (‘’Pienso Luego Existo’’), el holandés Spinoza y el alemán Leibniz. Por ello solemos distinguir entre el empirismo británico y el racionalismo continental. El racionalismo fue un movimiento filosófico que tenía mucha fe en la razón. Un racionalista cree en la razón como fuente de conocimientos. Opina que el ser humano nace con ciertas ideas, que existen por tanto en la conciencia de los hombres antes de cualquier experiencia. Y cuanto más clara es la idea, mayor es la seguridad de que corresponde a algo real. Descartes tenía una clarísima imagen de lo que es un ‘’ser perfecto’’. Partiendo de esta idea deduce que verdaderamente existe un Dios.

Como ves, el empirismo es algo completamente diferente. Un empirista desea hacer derivar todo conocimiento sobre el mundo de lo que nos cuentan los sentidos. La fórmula clásica de una actitud empírica viene del filósofo griego Aristóteles, quien dijo que ‘’no hay nada en la conciencia que no haya estado antes en los sentidos’’. Este punto de vista implicaba una crítica acentuada de Platón, que había opinando que los hombres tenían consigo una serie de ideas innatas del Topus Uranus (mundo de las ideas), sabrás que Platón decía que existían dos mundos, un mundo de los sentidos que es donde vivimos día a día y un mundo de las ideas, donde todo era perfecto, opinaba que lo que había en el mundo de los sentidos eran tan solo cosas imperfectas que salían de los moldes del mundo de las ideas. Locke retoma las palabras de Aristóteles, y las dirige contra Descartes.

‘’No hay nada en la conciencia que no haya estado antes en los sentidos’’ No tenemos ninguna idea innata del mundo. En realidad no sabemos nada de este mundo en el que nos han colocado antes de haberlo visto. Si tenemos una idea o un concepto que no se puede contestar con hechos experimentados, se trata de un concepto de una idea falsa. Cuando por ejemplo usamos palabras como ‘’Dios’’, ‘’Eternidad’’ o ‘’sustancia’’, la razón funciona sin combustible, porque nadie ha llegado a conocer ni a Dios ni a la eternidad, ni aquello que los filósofos llamamos sustancia. De esa forma se pueden escribir tesis eruditas que en el fondo no contienen ningún tipo de conocimiento nuevo. Un sistema filosófico de esa clase puede parecer impresionante, pero no son más que quimeras. Los filósofos de los siglos XVII y XVIII habían heredado una serie de tesis eruditas de ese tipo, Ahora había que estudiarlas con lupa. Había que limpiarlas de vacíos. Quizás pudiéramos compararlo con el lavado del oro. La mayor parte es arena pero, dentro, resplandecen las pepitas de oro.Entonces esas pepitas de oro serían como conocimientos auténticos, o, por lo menos, pensamientos que se pueden relacionar con conocimientos humanos. Para los empiristas británicos era muy importante analizar todas las ideas humanas, con el fin de ver si podían ser demostradas mediante experiencias autenticas. Pero vayamos por partes y estudiemos un filósofo cada vez.

El primero fue el inglés John Locke, que vivió entre 1632 y 1704. Su libro más importante se tituló ‘’Ensayo Sobre el Conocimiento Humano’’ y fue publicado en 1690. Locke intenta aclarar dos cuestiones. En primer lugar pregunta de dónde recibe el ser humano sus ideas y conceptos. En segundo lugar si podemos fiarnos de lo que nos cuentan nuestros sentidos.

Estudiemos un problema cada vez, Locke está convencido de que todo lo que tenemos de pensamientos y conceptos son solo reflejos de lo que hemos visto y oído. Antes de captar algo con nuestros sentidos, nuestra conciencia es como una pizarra en blanco.

Antes de captar algo con los sentidos, la conciencia está tan vacía y falta de contenido como la pizarra antes de entrar el profesor en la clase. Locke también compara la conciencia con una habitación sin amueblar. Pero luego empezamos a captar con nuestros sentidos. Vemos al mundo a nuestro alrededor, saboreamos, olemos y oímos. Y nadie lo hace con más intensidad que los niños pequeños. De esta manera surge lo que Locke llama ‘’ ideas simples de los sentidos’’. Pero la conciencia no sólo recibe esas impresiones externas de un modo pasivo. Algo sucede también dentro de la conciencia. Las ideas simples de los sentidos son elaboradas mediante el pensamiento, la fe y la duda. Así surge lo que Locke llama ‘’ideas de reflexión de los sentidos’’. Como ves, distingue entre sentir y reflexionar. Pues la conciencia no es siempre una receptora pasiva. Ordena y elabora todas las sensaciones que entran poco a poco, hay que estar en guardia.

Locke subraya que lo único que recibimos a través de los sentidos son impresiones simples. Cuando me como una manzana, por ejemplo, no capto con los sentidos toda la manzana en una sola sensación. En realidad recibo una serie de esas sensaciones sencillas, como que algo es verde, huele a fresco y sabe jugoso y ácido. Después de haber comido muchas veces una manzana, soy consciente de estar comiendo una manzana. Cuando éramos pequeños y probamos por primera vez una manzana, no tuvimos esa sensación. Pero vimos algo verde, saboreamos algo fresco y jugoso, y también un poco ácido. Poco a poco vamos juntando esas sensaciones formando conceptos como manzana, pera o naranja. Pero todo el material de nuestro conocimiento sobre el mundo entra al fin y al cabo por los sentidos. Por lo tanto, los conocimientos que no puedan derivarse de sensaciones simples, son conocimientos falsos y deben ser rechazados.

Pero tampoco es que podemos estar seguros de que lo que vemos, oímos, saboreamos y olemos es verdaderamente lo que sentimos. Ésta es la segunda pregunta a la que Locke intenta contestar. Primero ha contestado a la pregunta dónde recibimos nuestras ideas y conceptos. Pero luego también se pregunta si el mundo es realmente como nosotros lo percibimos. Porque eso, lector, no resulta tan evidente. No hay que precipitarse demasiado. Eso es lo único que un filósofo no se puede permitir.

Locke distinguía entre lo que llamaba ‘’cualidades primarias y secundarias de los sentidos’’. En este punto entronca con los filósofos anteriores a él, por ejemplo con Descartes. Con ‘’cualidades primarias de los sentidos’’, se refiere a le extensión de las cosas; su peso, forma, movimiento, número. En cuanto a esas cualidades podemos estar seguros de que los sentidos reproducen las verdaderas cualidades de las cosas. Pero también captamos otras cualidades de las cosas. Decimos si algo es dulce o agrio, verde o rojo, frío o caliente. Locke llamaba a éstas ‘’cualidades secundarias de los sentidos’’. Y estas sensaciones, como color, olor, sabor o sonido, no reflejan las verdaderas cualidades que son inherentes a las cosas mismas, sino que sólo reflejan la influencia de la realidad exterior sobre nuestros sentidos.

Sabemos que sobre los gustos no se puede discutir. Las cualidades primarias, tales como tamaño y peso, es algo sobre lo que todo el mundo puede estar de acuerdo, porque están en las cosas mismas. Pero las cualidades secundarias, tales como color y sabor, pueden variar de un animal a otro y de una persona a otra, según la constitución de los sentidos de cada uno. Seguramente te ha pasado que estás con alguien que, por ejemplo, come algo e inmediatamente dice ‘’sabe horrible’’ y a lo mejor tu encuentras esa misma comida muy rica. Y en realidad ninguno de ustedes tiene razón, y ninguno está equivocado. Simplemente describen cómo esa comida actúa sobre sus sentidos. Lo mismo ocurre en la percepción del color. A lo mejor a ti no te gusta el color rojo. Si tu amiga acaba de comprarse un vestido precisamente de ese color, a lo mejor sería inteligente por tu parte callarte tu opinión. Tienen diferentes pareceres sobre el color, pero el vestido no es ni feo ni bonito. Así sucede también con muchas otras cosas, no necesariamente con el color y el sabor, también pasa con los gustos musicales y también con la belleza de las personas, sabrás lector, que la belleza es la cosa más relativa del mundo. ‘’entre gustos y colores, no han escrito los autores’’

Ahora si hablamos de cualidades primarias, eso no varía. Si tienes una naranja redonda, no puedes opinar que tenga forma de dado. Te puede parecer dulce o agria, pero no te puede parecer que pesa ocho kilos si solo pesa doscientos gramos. Si quieres, puedes creer que pesa varios kilos, pero en ese caso estarías bastante perdido. Cuando varias personas intentan adivinar cuánto pesa una cosa determinada, siempre hay una que acierta más que los demás. Lo mismo ocurre con el número de las cosas. O hay novecientos ochenta y seis guisantes en la botella o no. Lo mismo pasa con el movimiento. Un carro se mueve o está quieto.

En lo que se refiere a la realidad extensa, Locke está de acuerdo con Descartes en que esta realidad tiene ciertas cualidades que los seres humanos no pueden captar con su razón. Locke también dio pie a lo que él llamaba ‘’conocimiento intuitivo o demostrativo’’. Opinaba por ejemplo que para todos existen reglas básicas, y defiende la llamada idea de ‘’derecho natural’’, que es un rasgo racionalista. Otro rasgo igualmente racionalista de Locke es que pensaba que es inherente a la mente del hombre el pensar que hay un Dios, pero no lo deja en una simple cuestión de fe. Opina que el reconocimiento de los hombres de la existencia de Dios emana de la razón humana. También eso es un rasgo racionalista. Debo añadir que abogó por la libertad de pensamiento y la tolerancia. Además le interesaba la igualdad entre los sexos. Pensaba que la idea de que la mujer estuviera sometida al hombre era una idea creada por los seres humanos. Por lo tanto también puede ser alterada por ellos.

Debo decir que estoy bastante de acuerdo. Locke fue uno de los primeros filósofos de la época moderna que se preocupó por los papeles de los sexos. Tendría una gran importancia para su tocayo John Stuart Mill, que jugaría a su vez un importante papel para la igualdad entre los sexos. Locke anticipó en general muchas ideas liberales que más adelante, durante la ilustración, llegaron a florecer en la Francia del siglo XVIII. Por ejemplo él fue quien primero habló a favor de lo que llamamos ‘’principio de división de los poderes’’. Lo que quiere decir que el poder del estado queda repartido en varias instituciones. El poder legislativo o la asamblea nacional. Luego viene el poder judicial o los tribunales de justicia, y finalmente el poder ejecutivo o el gobierno.

Esta tripartición proviene del filósofo francés Montesquieu, de la época de la ilustración. Locke había señalado que, ante todo, los poderes legislativo y ejecutivo deberían estar reparados, con el fin de evitar la tiranía. Fue contemporáneo de Luis XIV, quien había reunido todo el poder en una sola mano. ‘’El estado soy yo’’, dijo. Decimos que fue un autocrático. Hoy en día lo habríamos considerado un Estado sin derecho. Con el fin de asegurar un Estado de derecho, los representantes del pueblo deberían legislar y el rey o el gobierno ejecutar las leyes, pensaba Locke.

Ahora ya debo retirarme querido lector, espero que te haya servido esta clase, la próxima vez hablaremos del segundo empirista famoso, David Hume. Hasta pronto.

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